martes, 3 de febrero de 2015

Histografía: Henry Cartier-Bresson 1932

¿Que es histografía? Histografía es la historia que hay detrás de una imagen y consiste en posicionar en la vida del fotógrafo el momento que tomó la imagen. Si seguís leyendo lo entenderéis. Cada semana y durante un mes recorreremos la vida de un fotógrafo a través de sus fotografías, desde sus inicios a sus grandes logros. Comenzaremos con el “ojo del siglo”: Henry Cartier-Bresson.

Si existió alguna vez una mirada capaz de transformar para siempre la forma de observar la realidad y de reflexionar sobre la fotografía, ésta fue sin lugar a dudas la de Cartier-Bresson.

A los 20 años abandonó los estudios para entrar en el estudio del pintor André Lhote, donde observa, estudia y aprende de los surrealistas de la época. A través de René Crevel, a quien conoce en casa de Jacques-Émile Blanche, asiste, desde una esquina de la mesa y sin pronunciar una palabra debido a que era algo vergonzoso, a algunas de las reuniones en torno a André Breton celebradas en los cafés de la Place Blanche. De esos encuentros tomará ideas del mundo surrealista como los objetos empaquetados, los cuerpos deformados, los soñadores con los ojos cerrados... Pero lo que más le marca del surrealismo es su actitud: el espíritu subversivo, el gusto por el juego, el lugar otorgado al inconsciente, lo urbano, y el azar. Cartier-Bresson será especialmente sensible a los principios de la belleza convulsiva enunciados por Breton y no dejará de ponerlos en práctica a lo largo de los años treinta. Desde ese punto de vista, es sin duda uno de los fotógrafos más surrealistas de su generación.

En 1930 decide hacer un viaje a Costa de Marfil, donde permanece casi un año practicando varios oficios, desde comerciante de madera a agricultor. La fotografía no era la finalidad, aunque se había llevado la cámara, pero de vez en cuando hacía alguna que otra foto. Las tomas están llenas de planos picados y disposición de las formas repetitivas. 

Al regresar a Francia, por unas fiebres, descubre una fotografía de Martin Munkácsi en la que aparecen tres niños de color corriendo para zambullirse en el agua. Le deja tan impresionado que comenta: “debo decir que esa fotografía fue la que desató mi pasión, la que me motivó a observar la realidad a través del objetivo. Esta imagen tiene tanto rigor de composición que todavía me maravilla.”

Desde ese momento decide dedicarse a la fotografía. Entonces comienza a practicar la fotografía realizando diversos viajes por Europa, aplicando todo lo aprendido en sus charlas surrealista. El resultado tiene tal belleza que le lleva a exponer en la galería Julien Levy, en Nueva York (1932), año al que corresponde la fotografía.

Henry Cartier-Bresson. 1932
1932. Francia. Hyères

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